Cuando mudarse es empezar a convivir con nuestra pareja

6 Jun

Mudanzas hay tantas como circunstancias y personas que las acometen. Todas tienen en común que implican un proceso en el que mejor nos irán las cosas si vamos tomando decisiones coherentes y, a ser posible, con tiempo. Cualquier traslado, no nos engañemos es en principio complicado pero hay situaciones especialmente delicadas. Por ejemplo, cuando la mudanza coincide con la decisión de empezar a compartir nuestra vida con una pareja.

Son muchos quienes recomiendan que todo el mundo pase por una etapa de transición, que no se pase de vivir con los padres directamente a vivir con la pareja. Sin embargo, muchas circunstancias, entre otras económicas, hacen cada vez más difícil que un joven pueda vivir solo. Así y todo, antes de iniciar la convivencia no está mal hacer unas reflexiones previas.

Desde luego, es esencial que se recapacite sobre la seriedad de la relación. Además del coste económico, irse a vivir a una casa implica unas responsabilidades y compromisos que hay que adquirir y a los que nos veremos después atados en caso de una ruptura sentimental. Por eso, hay que tener una estabilidad emocional mínima antes de lanzarse a vivir en pareja.

Aclarado este punto, vienen las cuestiones materiales pero igual de decisivas. Hay que ser capaces de realizar unas provisiones económicas realistas. Todos los gastos que implica independizarse tienen que incorporarse a nuestro presupuesto, además de dejar claro cuál va a ser la forma en la que se gestione el dinero común. Mejor que se ajuste el modo de vida para no ir demasiado ajustados, eso suele generar muchos roces en una convivencia.

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